lunes, septiembre 27, 2010

El largo y cálido verano de 2010


El verano que acaba de esconderse ha sido el verano del reencuentro de una generación de mamoleños que no coincidían desde hacía ya demasiado tiempo, o quizá no tanto, pero este verano por esas sensaciones inexplicables se han sentido más cercanos , más unidos.
Uno de los puntos de unión es LA ERA, ese lugar en el que al juntarte para disputar un simple partidillo de fútbol se despiertan viejas emociones de la infancia.

Llegar a Mámoles en coche, girar en la curva de la Era y verla llena de chavales jugando un partido es una especie de símbolo de vitalidad de un pueblo que se resiste a desaparecer.

La gente del pueblo pasea al atardecer, cuando el sol lo permite. Y pienso que ver La Era viva, con el cambio de los trillos de antaño por el balón del presente supone una pequeña dosis de esperanza y esa sensación de que Mámoles tiene algo mágico que engancha a quien alguna vez se ha sentido parte de ese pueblo.

Este largo y cálido verano que ya se aleja para reposar en la memoria ha sido un pedazo más de la historia de un pequeño pueblo que siempre llevamos con nosotros.

(Un mamoleño más)

La Luna. (Otoño)

sábado, septiembre 25, 2010

domingo, septiembre 05, 2010