Veranos en La Era de Mámoles

Cuando éramos pequeños, en nuestra infancia, los juegos se reducían a La Torre de Mámoles.
Más adelante comenzamos a explorar Los Campamentos.
El nuestro era el más cercano a La Torre, allí íbamos a montar guardia ante el inminente ataque de enemigos imaginarios que claro está, jamás nos atacaron, ni nos invadieron, ni nada parecido.
Fuimos creciendo y saliendo en bici a los pueblos de alrededor, principalmente Fariza y Palazuelo.
Más tarde llegaron las motos de los abuelos, con célebres caídas en La Curva de la Era y en La Curva de Badilla.
Y en los 90 llegaron los carnets de conducir y las fiestas en el Trapamóvil, el Simca 1200, el Renault 18 Ranchera de Mari, etc.
Siempre nos hizo falta un Microbús.
Hubo un verano que descubrimos que en La Era de Mámoles podíamos jugar al fútbol.
Mucho tiempo con 4 piedras como porterías y de pronto un verano teníamos porterías de fútbol.
Los atardeceres desde La Era jugando al fútbol son inolvidables, cuando terminamos de jugar y vamos a beber agua al huerto de Manuela o al de Facundo.
Javi Trapa lo ha comentado en alguna ocasión después de un partido, te sientes en el paraíso cuando comienzas a bajar el Camino Blanco de vuelta a casa.

La puesta de sol desde La Era de Mámoles una tarde de Agosto.