Toda una generación de Mamoleños pasó su adolescencia desplazándose a la fiestas de Fariza y a las de Palazuelo...en el coche de...San Fernando, ya se sabe, un rato a pie y otro rato...andando.
De una de esas noches locas de viaje entre los dos pueblos del bajo Sayago surgió la adoración a este ejemplar de enebro de forma peculiar y característica.
Es el "árbol sagrado" de Mámoles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario